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marzo 5, 2019El gran desconocido en las Reclamaciones a los bancos; Prestamos Hipotecarios Multidivisa
En la sociedad actual se encuentran a la orden del día las reclamaciones bancarias, no solo en despachos especializados, sino que en charlas de grupos de amigos o familiares se ha hablado alguna vez de conceptos técnicos que, hace unos años, ni nos imaginábamos, como clausulas suelo, gastos notariales, y el ultimo galimatías que nos ha presentado el supremo: el impuesto de las hipoteca.
En las siguientes líneas queremos poner de manifiesto otra posible situación que podría suponer el inicio de reclamación contra los bancos, que claramente es menos conocida, y quizás, en muchos aspectos, pueda ser la más perjudicial para el cliente que la haya contratado: Nos referimos a los préstamos hipotecarios multidivisas o multimoneda, que tuvieron una creciente popularidad al comienzo de la crisis, allá por el año 2007, debido al gran movimiento que les dieron los propios bancos. Cuando los bancos publicitan algún producto, el ciudadano debe tener en cuenta que los conceptos relacionados con productos financieros exigen un conocimiento profundo y, en muchos casos, complejo, para analizar una posible inversión, actuación o contratación del mismo.
Todo el mundo entiende que los bancos, como cualquier entidad mercantil, tienen como objetivo obtener beneficios. Cuando uno contrata una hipoteca, sabe que va a pagar intereses y también devolver lo prestado, esas son las reglas del acuerdo. Pero cuando se firma un préstamo hipotecario multidivisa, ¿sabe realmente el consumidor en qué términos se está moviendo?
Usualmente no. Si esto fuera así, muchos de estos contratos no se hubieran firmado en aquellos años. En muchos casos, este tipo de préstamo se publicitaba en momentos donde el Euribor se encontraba en tipos altos, y se vendían con “el reclamo” del cambio de utilización del Libor en lugar del Euribor (siendo el Libor sensiblemente más bajo en aquella época).
Hasta ahí, todo perfecto. El problema reside en que estos contratos llevan también asociados la entrada en juego de divisas, formalizándose el préstamo en divisas distintas al euro, como Dólares, Libras, o la gran estrella de los bancos, los Yenes (por las previsiones que se manejaban).
La pregunta que surge es ¿cuál es el riesgo de este tipo de préstamos, frente a los tradicionales hipotecarios? Siendo la respuesta, la fluctuación en exceso de la divisa.
Los estudios que, por aquellos años, las principales consultoras publicaban, y que tenían los bancos, preveían un desplome del Euribor (como así fue), y el creciente valor del Yen frente al Euro, por lo que, este tipo de productos sería beneficioso para los bancos.
En el año 2007 el banco concede una hipoteca para la compra de una casa de 100.000€, a devolver en 30 años. En la misma se fija un Clausulado Multidivisa de Yenes y variable el Libor, Por lo que, en lugar de tener que devolver esta cantidad, habrá que devolver la equivalente en Yenes al momento de la firma, (que serían, alrededor de 15.800.000 yenes – 158 yenes equivalían a 1 euro, en septiembre de 2007).
De este modo, el préstamo funcionará con normalidad, pero con la peculiaridad de que todas las cifras aparecerán en Yenes, de modo que cada mensualidad se abonará en Yenes.
Y entonces nos planteamos ¿cuál es el riesgo?, si hay un tipo de interés más bajo, ¿qué importa en que moneda se pague?
El riesgo que existe es que, dentro de treinta años el cambio de moneda salga muy caro. De hecho, el riesgo es ilimitado. Ante esta afirmación, plantemos una pregunta, ¿Cuántos clientes querrían comprar una casa, asumiendo un riesgo ilimitado?, lo explicamos continuando con el ejemplo.
Tras 5 años de abonar la cuota del préstamo (imaginemos, a 50.000 Yenes al mes – unos 333 € al cambio), se habrían pagado unos 3.000.000 Yenes en total (al cambio unos 20.000 €).
En el caso de que, transcurrido este tiempo el Yen se revalorizara (en septiembre de 2012 cotizaba a 98 Yenes/€), la consecuencia sería que nuestros 50.000 Yenes al mes ahora valdrán menos, por lo que la misma cuota del préstamo ahora nos costaría más (unos 500 €/mes, en lugar de 333€, encareciéndose el préstamo 166 €/mes por ese simple cambio de tipo).
Además de ello, no hay que olvidar que, a pesar de haber pagado unos 20.000 € (60 cuotas de unos 333 €/mes), debemos al banco 10.500.000 Yenes, que al cambio de septiembre de 2012 (98 Yenes/€), nos implicaría que el capital pendiente de devolver al banco fuera de unos 107.000€. En resumen, después de 5 años le tengo que pagar al banco una cuota mayor que la establecida inicialmente y le debo al banco 7.000€ más que al principio. En consecuencia, se puede asegurar que la banca gana el juego.
Si eres un particular o no dispones de conocimientos financieros y tienes algún préstamo de este tipo, lo mejor es pedir ayuda a un profesional acreditado y utilizar tu comodín para poder equilibrar la partida con el banco.